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Es que me hace mucha gracia cuando leo un post con un titular en plan "el tupper moderno en la oficina" o "tu tupper puede ser superdivinodelamuerte" o "Maripepi Catering te lleva un tupper "in&lowfat" al despacho".
Pues no se yo...aquí en el pueblo donde yo trabajo...uf! Por no traer, no traen a la oficina ni los paquetes de correos! Como para soñar con un restaurante que me suministrase mi "lunch box diaria" con comida mega sana, súper energética y que me quitase las arrugas de los 30 y pico... Ah! y orgánica (si añades esto a tu tupper, éxito seguro)
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Llevo casi un año con un horario de oficina que me obliga a traer la neverita con las viandas que Il Pappa ha preparado amorosamente para mí la noche anterior. A eso de las 3 de la tarde, subo a la 4ª planta, donde entre sillas viejas, cajas rotas, paneles y estanterías de archivo, hay un microondas más o menos limpio y un frigorífico sin microcosmos añadido. Con un poco de suerte, soy la primera en calentar el tupper. Porque si el de antes ha calentado pescado al pilpil, te aseguro que como pilpil toda la tarde...
En la secta alimenticia que tengo por familia, está horriblemente visto calentar el plástico en el microondas.¡NOOOOO!!!! Mi padre se lanza sobre el aparato, y aún a sabiendas de que si lo abre antes de que suene el "ring" saldrán una ondas malignas que pueden dejarlo ciego, sordo o algo peor, saca el plástico del micro, se abrasa los dedos, pero echa la comida o lo que sea a un recipiente de cristal, apto para micro. Ay si no...
Así que yo con mis tuppers de cristal, llenos de garbanzos con espinacas, alubias del día anterior, purés de verduras descongelados de varios tonos y colores, mmmmacarrones con carne.. Lo que toque, que no protesto. Y lo caliento o recaliento en el micro, me vuelvo al despacho y me monto el mini restaurante: retiro el portátil, coloco una bandejita para que las migas y restos de comida (si los hay, que no soy una guarrisss..), saco los cubiertos y servilletas del cajón de las grapas y me dispongo a comer.
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He aprendido a hacerlo sin mover apenas los brazos, para no darle a alguna de las torres de papeles que me circundan. Y no se me ocurre tocar las teclas con los dedos, que luego parece un teclado de freiduría. Soy una experta en teclear con los nudillos. ¿Lo habéis intentado?
Pues esa soy yo a la hora de comer en tupper en la oficina, mientras miro la pantalla del portátil en busca del glamour cibernético... Porque de verdad, que lo de comer en la oficina, no es nada pero nada divino.
(Y ya no te digo si intentas echarte una siesta en la silla del despacho..que no es mi caso, jefe, of course)
Como dice Lucia Baballa, arriba fotos del blog, aquí fotos de real life |
¿Alguna idea para llevar "glamour" a mi tupper?
P.D.:No pongáis queso fresco en la ensalada de un tupper. 6 horas depués comeréis lechuga chuchurría
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