Tiré a la papelera la carta a Papa Noel

Tiré al reciclado la Carta a Papa Noel. Vaya por delante que en casa pasamos de la polémica de Papá Noel o los Reyes Magos: si se puede, regalan todos, que para eso somos europeos. Hasta el Olentzero trae lo suyo. Y el tronco ese que caga regalos en Cataluña, pues también, que no vamos a decir que no a un regalo, venga de donde venga.

El caso es que tras insistir varios días en que había que escribir la carta a Papa Noel, un domingo por la noche me hice con el trofeo, afirmando muy seria:
      - Cariño, no te preocupes que yo echo la carta para Papa Noel al buzón.
      - ¿Seguro, mamá? Que eres muy despistada....
      - Tranquila, mañana mismito. Así Papa Noel puede contestarte a tiempo, por si tiene que decirte algo sobre los regalos que has pedido: que se le han acabado, que no son exactamente para tu edad o lo que sea...

Metí la carta en el bolso (le llamo carta por decir algo, porque era un papel tamaño post-it con varios cortes en cada lado) y cuando llegué a la oficina, revisé la carta, memoricé el pedido y la tiré a la papelera. ¿Remordimientos? Cero. Lamala Madre no tiene de esos (casi nunca..)

El problema vino con el paso de las semanas. Que esto sucedió a principios de diciembre. Llegó el Puente Foral, una semana de vacaciones y... Lo único que recordaba eran 3 de las 8 cosas que había escrito la niña. Y ninguna de las que escribió para su hermana.

Solución. Que la familia pregunte a las niñas. Y las tías y abuelas se pasaron diciembre preguntando a las niñas que habían pedido para Navidad. Y las niñas, muy hábiles hijas de su Mamma, cambiaban cada respuesta. Así que cuando llegó el 20 de diciembre, fecha que me había puesto como tope para tener todos los regalos (los de una casa, los de otra, los del amigo invisible, los del amigo invisible del Pappa), estaba segura de que entre la montaña de regalos (todos super educativos y super smart toys, of course), había acertado...al menos en 2.

Para la próxima vez.. ¿Que hago con la dichosa carta?